¿Has tenido alguna vez uno de esos días en los que nada te funciona bien?
No puedes evitar preguntarte si el mundo se está cagando en ti a propósito.
Días en que pareces ahogarte de los tantos desafíos que enfrentas.
¿Has escuchado la expresión: “Cuando llueve, diluvia? ¿O que las cosas usualmente vienen en tres? ”
¿Es superstición o hay algo en eso? Tal vez haya una mejor manera de interrumpir el ciclo de lo que llamamos “mala suerte.” No estoy diciendo que las circunstancias desagradables no estarán presentes en nuestras vidas. Lo que estoy diciendo es que hay una mejor manera de percibir las cosas que están fuera de nuestro control que nos ayudara a vivir con menos frustraciones.
Las historias son poderosas, y fue una historia del famoso pastor, Joel Osteen que cambió por completo mi perspectiva y mi vida. En las palabras de Osteen: Una señora se quejaba que todo le había salido mal en su día. En frustración, la mujer le pregunto a Dios:
“Dios, ¿por qué dejaste que me ocurrieran tantas cosas hoy? Mi alarma no sonó y llegué tarde al trabajo. En el almuerzo, hicieron mi sándwich equivocado, tuve que devolverlo. En camino a casa, mi teléfono celular cortó la llamada justo en el medio de una conversación. Para colmo, cuando llegué a casa cansada, quería poner mis pies en el masajeador de pies, pero tampoco funciono, no encendió. ¡Dios nada me salió bien hoy!“
Dios respondió,
“Ok, déjame ir por cada una de las cosas en tu lista. Tu alarma no sonó porque había un conductor ebrio en la carretera, te retrasé a propósito para que no te lastimaran. ¿Tu sándwich? Tuviste que devolverlo porque la primera persona que lo hizo no se sentía bien y no quería que te contagiaras con lo que ella tenía así que hice que alguien más te lo preparara. La llamada que se te cayó en camino a casa, bueno esa persona estaba a punto de llenarte la mente de chismes y no quería que te contaminaras así que la corté y la máquina de masaje de pies tuvo un cortocircuito y podría haberte hecho daño gravemente.”
Cuando escuché la historia de Osteen,(https://youtu.be/Bq8uImvPpU4) me dio mucho en qué pensar y comencé a recordar cada incidente que no fluyó según mi plan.
¿Podría ser que el Universo sabe exactamente lo que está haciendo? ¿Podría ser que a menudo lo que nos frustra, decepciona o nos hace tristes es el Universo trabajando detrás, orquestando y recalculando nuestros pasos para un mejor resultado en nuestras vidas?
¿Podría ser que lo que no podemos ver, es lo que de hecho nos está protegiendo?
Creo que es importante aprender a aplicar una perspectiva más positiva a las cosas que no podemos controlar y tener un poco más de fe. Como dice Osteen, “Si esa dificultad o incidente te va a impedir realizar tu destino, Dios nunca lo hubiera permitido”
Tal vez ese revés, retraso, situación o inconveniencia que padecemos no es más que una configuración disfrazada del Universo para protegernos, impulsarnos y prepararnos para algo mejor.
Todavía tienes dudas? Esta próxima historia de Herb Kipf de Beatrice, Nebraska, es para recordar:
Todos los miércoles por la tarde, Herb y otros 13 miembros de la iglesia se reunían para su práctica de coro. Usualmente llegaban un poco antes para organizarse, de modo que pudieran comenzar puntual a las 7:30 p.m. Esa noche en particular, Herb estaba ya contra el tiempo porque no podía encontrar las llaves de su auto en el lugar donde siempre las colocaba. Una vez que llegó al lado oeste de la iglesia, notó que estaba todo completamente oscuro. Se acercó a la iglesia con 2 minutos para el comienzo de la práctica, cuando toda la iglesia estalló en una gran explosión.
Hubo una fuga de gas. Las paredes laterales se habían derrumbado. El techo y el piso terminaron en el sótano y seguramente nadie podría haber sobrevivido a eso. El jefe de bomberos inmediatamente reclutó la ayuda de Herb para un recuento de cualquier sobreviviente. Era importante determinar quién pudiese estar atrapado bajo las ruinas. Herb contó y nadie faltaba. Todos los que deberían haber estado dentro de la iglesia estaban afuera y a salvo.
Por alguna razón, todos estaban afuera, sorprendidos por los escombros.
Cada una de esas personas por una razón u otra fueron detenidos lo suficiente como para causar que evitaran la explosión. Algunos dicen que perdieron el autobús. Otro perdió una luz verde, otro miembro también se retrasó debido a que su hija se cayó en el piso de la cocina cuando estaba a punto de salir. Herb no podía encontrar sus llaves. Dos hermanas que siempre llegaban temprano no podían encontrar sus instrumentos.
Esos misteriosos retrasos que fueron frustrantes en el momento para cada uno de ellos, estoy segura, pasaron por una razón.
Para salvarles la vida
¿Coincidencia o intervención divina? Puedo entender algunos, ¿pero todos los 13? Demasiadas circunstancias individuales involucradas para pensar que fue meramente una coincidencia.
Ahora, cada vez que algo inesperado me demora, no lo cuestiono y trato de no frustrarme. Elijo decirme a mí misma que hay una razón por la que perdí esa luz verde a pesar de que tenía prisa por llegar a algún lado. Si viajo y mi vuelo se retrasa, estoy agradecida. Tal vez mi vida fue preservada en formas que nunca sabré. Si una relación no funcionó, elijo creer que es porque hay alguien mejor esperándome. Ahora doy gracias de antemano por librarme de algo malo.
En verdad, no puedo probar que haya algo concreto en esto. Lo que sí sé con certeza es que creer en esto le ha dado a mi vida más aceptación y paz. No sé con certeza cuál hubiera sido mi suerte si no hubiera perdido esa luz verde, o si hubiera ido en ese vuelo a tiempo pero la fe es así, requiere que creamos incluso cuando no podemos ver.
Solía dudar de que hubiera una presencia mística guiando y protegiendo mi trayectoria. Lo daba como pura coincidencia. Hoy elijo acoger este punto de vista. Elijo pensar que tengo un compañero, una fuerza mística, un ángel guardián que me quía y protege por siempre mis pasos.
No siempre es fácil vivir en este estado de aceptación. Requiere práctica aprender a aplicar esta perspectiva. No digo que funcione para ti el 100% del tiempo, pero seguro que vale la pena intentarlo. Te reto, la próxima vez que alguna MIERDA ocurra, recuerda que tal vez eso mismo que te sucede sea de hecho un milagro que te conducirá a tu mayor y mejor bien.
¡Algo para hacer reflexionar el pensamiento y alma, no?
Con gratitud,