El miedo es la segunda emoción más fuerte en los seres humanos. Todo lo que hacemos en la vida es por amor o por miedo. El miedo nos puede paralizar o nos puede impulsar hacia adelante. El miedo puede esclavizarnos a una vida limitada confinada en la seguridad, permaneciendo en el reino de lo conocido o puede alimentarnos para crecer y evolucionar. Tú eliges cómo usar esta emoción intrigante.
Hace poco recordé el poder que le asignamos al miedo y el impacto que puede tener en nuestras vidas. Estuve en Cancún, México, este diciembre pasado con mis hijas. Estoy sorprendida de cómo mis hijas viniendo de la misma línea de sangre pueden ser tan diferentes. Mi hija menor no tiene miedo a nada cuando se trata de aventuras y nuevas experiencias, mientras que mi hija mayor le teme a todo.
Como tradición en nuestros paseos, trato de hacer algo aventurero, algo memorable que podamos recordar, como un punto culminante del viaje. Un paseo en globo aerostático, zip lining paseos en vehículos todo terreno, snorkel, paseos a caballo, nadar con delfines y rayas, flotar en cenotes a través de cuevas oscuras con cientos de murciélagos, por nombrar algunas. Como consecuencia de esta tradición, mi hija Victoria y yo hemos tenido muchos encuentros con el miedo (como el caso de los murciélagos) a medida que los cambios repentinos nos afectan.
Siendo el tipo de madre que soy, me enorgullezco de enseñarles a mis hijas a no sentir vergüenza o estigma cuando se enfrentan al miedo. Si le das vergüenza a esta emoción, entonces estarás obligado a vivir con el estigma toda tu vida porque el miedo no se puede evitar. El miedo es parte de tu ADN y está diseñado para mantenerte a salvo. Entonces, en lugar de avergonzarte, agradece su presencia. El miedo te alerta de posibles peligros. Así que te invito a que pienses del miedo como tu aliado.
Es perfectamente natural y normal sentir miedo. Lo que no está bien es evitar que el miedo te prevenga correr riesgos. El miedo no debe ser el obstáculo para tus nuevas y emocionantes experiencias. No debe usarse para encajonarte y confinarte a una vida de solo cosas conocidas, porque la única forma de crecer es acogiendo constantemente lo desconocido y salir de tu zona de confort.
Siente el miedo, pero hazlo de todos modos
Llegamos a Cancún e inmediatamente nos dirigimos a la playa. Ahhhh, el hermoso sol cálido y brillante era un contraste surrealista con el muy frío cielo de 8 ° C y gris de casa. La playa estaba llena de todos aquellos que, como nosotros, escapaban de sus hogares fríos. En el horizonte, el hermoso cielo azul parecía estar pintado y adornado con enormes y coloridas velas.
Mi atención fue interrumpida por una voz, “¿Te gustaría ir a parakiting? Tenemos disponibilidad a las 4 de la tarde,” dijo la voz de un vendedor mexicano en su medio inglés. Mi hija, Emma me miró con ojos de emoción “Sí, sí, sí.” Victoria me miró con ojos de terror, “No, no, de ninguna manera.” Antes de que pudiera pensar, me encontré dando un apretón de manos con el mexicano cuando negocié un súper descuento, una vez que le hablé como una orgullosa local.
Desde el momento en que Victoria fue testigo de la transacción, su miedo creció. Ella me dio todas las excusas imaginables de por qué no era una buena idea hacer esto. Le dije que no se preocupara porque ella estaría conectada por cables al bote en todo momento y con un chaleco salvavidas. Además, ella no subiría sola. Estaría Yo a su lado para sostener su mano durante todo el viaje.
No importaba cuánto la tranquilizara. Cuanto más tiempo pasaba, más temerosa se volvía Victoria. Me mantuve firme y le dije que no había marcha atrás ya había pagado y que tenía que hacerlo porque era una buena oportunidad para enfrentar su miedo. El sistema nervioso de mi pobre niña entró en alta marcha. En lugar de disfrutar el hermoso momento en la playa, todo lo que podía hacer era pensar en lo que para ella era una experiencia muy aterradora.
El miedo puede robarte tu alegría
Victoria entró en un ambiente de reacción de lucha-o-huida anticipando el evento que ella jugaba en su mente causándole tanta ansiedad que experimentó altos niveles de estrés porque el cuerpo responde al pensamiento con la misma reacción química como si el evento fuera real.
Finalmente, llegó el momento temido. Nos llevaron en una moto de agua al bote. Irónicamente, las olas estaban agitadas y el paseo en moto de agua terminó siendo la parte más miedosa de toda la aventura para todos nosotros.
Llegamos al bote y los dos mexicanos a bordo explicaron lo que sucedería. Cuanto más le explicaban, más podía ver la tensión de Vitoria. Ella seguía susurrando: “Mami, no quiero hacer esto.” Le seguía explicando por qué era importante para ella salir de su zona de confort, “La vida tendrá muchos ‘momentos de parakiting cuando serás confrontada a emprender una experiencia que te asustará y no puedes esquivar todo lo difícil en tu camino y tu vida. Mejor entrénate a enfrentar tus miedos mientras yo estoy aquí contigo.”
Incluso el chico mexicano le suplicó mientras le explicaba todos los mecanismos de seguridad de la aventura e incluso se ofreció a subir con ella. Nada funcionaba. Victoria no se dejaba convencer. Comencé a sentirme derrotada, lo cual no es fácil para mí, ya que soy bastante implacable y muy persuasiva cuando quiero algo. Sin embargo, estaba viendo que mis esfuerzos eran inútiles. El miedo de Victoria estaba demostrando ser más fuerte que todas mis súplicas y mi corazón comenzó a hundirse.
Realmente creía en la capacidad de mi hija para superar sus miedos y experimentar una vida que va más allá de los límites de la rutina de su hogar-escuela-establos (ella ama a su caballo). También la conozco mejor que ella misma. Conozco su alma y como a menudo bromeo con ella, ella todavía estaría en pañales si yo no la hubiera empujado a salir de ellos.
Envió un mensaje de texto a todas sus amigas que también estaban de vacaciones en otras partes del mundo y les dijo: “Mi madre me está obligando a hacer parakiting.” Gracias a Dios, sus amigas me conocen bien, de lo contrario ya podía ver cómo esto hubiese ido a la luz de las alegaciones de “obligando.” Sus amigas se rieron en el texto y algunas de las que habían hecho parakiting le aseguraron que fue una gran experiencia.
Primero fui con mi hija menor y a ella le encantó. Ella quería ir más y más alto. Victoria estaba observando desde el bote cada movimiento desde que nos conectaban los cables del parakiting, hasta el momento en que regresamos al bote. Victoria decidió en último segundo arriesgarse y usar su miedo para impulsarse a una nueva aventura.
Yo estaba tan feliz. Me estaba preparando para volver a subir con Victoria cuando su hermana, Emma pidió que la dejara ser ella la que subiera con Victoria. Victoria estuvo de acuerdo. Me quedé allí presenciando cómo los dos amores de mi vida se elevaron en el cielo y mi corazón se llenó de tanto orgullo. Victoria no decepcionó. Ella encontró su fuerza interior.
Las mejores cosas de la vida se encuentran al otro lado del miedo
Mis hijas llegaron a salvo al bote y les encantó su aventura. Para sorpresa de Victoria, la agitación del viaje en bote, debido a la fuerte corriente y los fuertes vientos contrastaron significativamente su viaje en el aire. Victoria informó que sintió una paz inmensa. Todo lo que pudo experimentar fue tranquilidad, calma y verdadera felicidad. Victoria miró hacia abajo y pudo ver todos los tonos de colores del océano y de repente se conectó con la inmensidad de este planeta milagroso del que tenemos el privilegio de ser parte.
Victoria me agradeció amorosamente por no haberme rendido y por empujarla a salir de su zona de confort.
¿La lección?
¡Nunca fue de parakiting! Se trata de enseñarle a tu cuerpo y mente a reconocer el miedo, evaluarlo críticamente y usarlo como combustible para impulsarte hacia adelante en lugar de limitar las experiencias de tu vida. El miedo es una emoción real. Lamentablemente, estamos programados para pensar que el miedo es malo cuando en realidad, el miedo puede ser un gran promotor y aliado, ¡si lo dejas!
El miedo es conquistado en los pequeños momentos. La próxima vez que te sientas debilitado por el miedo, no sientas vergüenza por eso. Es un reactor evolutivo normal integrado en tu sistema. El miedo siempre aparece a resaltar las áreas de tu vida que necesitan confrontación, curación y superación.
¡Aprende de tus pequeños momentos como lo hizo mi hija, siente el miedo y aún así Vuela!
Con gratitud,