¡Felicidad!
¡El denominador común que nos une!
Toda experiencia humana: amor, dinero, salud — todas conducen a la singularidad de la felicidad. ¡Todas las personas en este planeta quieren SER FELICES!
¡Queríamos aterrizar en la luna — lo hicimos!
¡Queremos explorar otros planetas — estamos colonizando Marte!
¿Hay algo que el ser humano no pueda hacer? Sin embargo, me sorprende que no hayamos descubierto la fórmula para lo más deseable en la vida, ¡la felicidad!
Extraño, ¿no te parece?
Hay una razón por la cual la felicidad se escapa de la mayoría de las personas y es algo que necesitas saber …
Hay una confabulación en nuestra sociedad, controlada por poderosos grupos de industrias que no quieren que descubras la verdad sobre la felicidad.
¿Por qué?
Dinero.
Trillones de dólares están en juego. Estos grupos industriales han convertido nuestro deseo de felicidad personal en la mayor oportunidad de negocio y explotación en nuestro planeta.
Estos poderosos grupos han creado una matriz de programas mentales de condicionamiento social. Estas concepciones incorrectas se programan en nuestros cerebros a través de un proceso de aprendizaje defectuoso durante nuestros primeros años de desarrollo cognitivo. Lamentablemente, esos programas son los que gobiernan nuestras vidas.
Los programas de matriz social sobre la felicidad:
- La felicidad se obtiene externamente.
- Tenemos derecho a la búsqueda de la felicidad.
- La felicidad es la ausencia de lucha, tristeza y sufrimiento.
La confabulación es que estamos constantemente siendo alimentados, cada día, con mensajes subliminales, diciéndonos que el camino hacia la felicidad es a través del consumo y la adquisición. “Si compras X, serás feliz. Si tienes Y, serás aún más feliz” y el ciclo continúa porque Dios nos valga si no sentimos el efecto de felicidad en todo momento.
Hemos sido programados para creer que hay algo mal en nosotros si no sentimos constantemente los máximos o las subidas de la felicidad y debemos obtener/hacer algo de inmediato para solucionarlo.
Estamos condicionados a nunca buscar soluciones internamente. Estamos programados a pensar que nuestra felicidad es la responsabilidad de otra persona. Nuestro condicionamiento nos ha enviado a una persecución dañina. Estamos buscando la píldora feliz al final de cada caja registradora. ¿Hay alguna duda de por qué nos hemos convertido en una especie deprimida, hipercompetitiva, materialmente indulgente, espiritualmente ausente y físicamente no apta?
Cuanto más pienso en esto, más creó que la película de ciencia ficción Matrix, 1999, es un documental de la verdad más que un caso de ficción. Somos como el personaje principal Neo, viviendo la vida en la ilusión controlada por los programas que nos han dado y creyendo que todo lo que hemos visto, escuchado y experimentado es real.
¿Qué pasaría si no fuese así? Quizás es hora de que también tomemos la píldora roja (metáfora del conocimiento) y captemos el mundo tal como es.
Tenemos la opción de despertar a una realidad diferente, a un nuevo cambio de perspectiva a los programas que nos han dado. Hay mucho más detrás del velo de lo que percibimos: todo lo que necesitamos hacer es tener el deseo y el coraje de levantarlo. Podemos tomar la píldora roja y despertar o podemos seguir usando las anteojeras de la ilusión.
Hoy me gustaría animarte a que anules los programas que te han dado y veas lo que la matriz social no quiere que descubras. ¿Por qué? Porque es más divertido de esa manera. A la matriz social le gusta mantener el poder y control sobre nosotros. Es más fácil y financieramente más lucrativo mantenernos programados, esclavizados para siempre dentro de una rueda, como los ratones, que piensan que si corren rápido o lo suficiente obtendrán el queso que desean.
Piénsalo por un segundo, despertarnos a la verdadera fuente de la felicidad destruiría repentinamente la industria de billónes de dólares, cuyo único objetivo es proporcionar una oportunidad temporal de felicidad.
Nos hemos convertido en una sociedad esclavizada en el consumismo y la gratificación instantánea. Me encanta la forma en que el autor John Updlike lo dijo: “Hay una gran conspiración en los Estados Unidos para hacerte artificialmente feliz a cualquier medio: ¡consume algo, paga después!” De hecho, la matriz social nos ha programado con una necesidad y sed interminable a querer siempre más. Estamos condicionados a que cada vez que no sentimos el efecto alegre, podemos rescatarnos consumiendo más ilusiones, lo que por supuesto, estas industrias están muy felices de proporcionar.
Los incentivos son infinitos: ropa, automóviles, juguetes, sexo, alcohol, drogas, relaciones románticas, productos dietéticos, indulgencias alimentarias y cuando todo eso falla y los efectos desaparecen, la industria farmacéutica está muy feliz de rescatarnos un poco más con pastillas y medicamentos adictivos. Lamentablemente, esto nos brinda un alivio temporal para nuestra depresión y ansiedad debido al fracaso que sentimos de no alcanzar la felicidad, según prescrita por nuestros programas sociales.
Listo para la pastilla roja?
Anulación del programa matricial # 1:
Si sigues creyendo en los programas que te han dado y buscas la felicidad en fuentes externas, nunca la encontrarás. La felicidad se encuentra internamente. No puede ser producida o creada. No puedes comprar tu camino hacia ella ni tampoco medicarte para alcanzarla.
Debes despertar y darte cuenta de que eres feliz, exactamente como eres. La felicidad está dentro de ti todo el tiempo y es parte de tu hardware, de tu equipo físico. Puedes conectar y encender la felicidad a pedido e incluso con el pensamiento. Esta realidad expone la confabulación de las industrias y mata a su ganso de huevos de oro. Ahora puedes convertirte en un consumidor más consciente que sabe que el objetivo final de esa adquisición no es para encontrar la felicidad.
Imagínate por un segundo si hubiéramos sido programados de manera diferente y no buscáramos fuentes externas para nuestro estado de satisfacción, ¿qué pasaría? ¡De repente, los billones de dólares generados por las industrias sufrirían! No tendríamos la misma inclinación o deseo de consumir constantemente.
Una vez que te des cuenta de que la felicidad no está ligada a nada ni a nadie, actuarás y tomarás diferentes decisiones. ¡Tú y solo tú eres responsable de tu propia felicidad y las personas y cosas que consumes y adquieres, deberían estar allí para simplemente aumentar la alegría y la felicidad que ya tienes! Esto te da el poder de escribir tu propio programa para una forma de felicidad más real y sostenible.
¿CÓMO CONECTARSE CON LA FELICIDAD AL INSTANTE?
¡GRATITUD!
El medio para alterar el viejo programa es simple porque ya está dentro de ti: está en el acto de cambiar tu antigua perspectiva por una de gratitud por lo que ya tienes. No por las cosas o las personas que crees que necesitas para ser feliz, sino al estar agradecido por lo que ya tienes en tu vida.
Anulación del programa matricial # 2:
El segundo programa que necesitamos anular es la noción errónea de que tenemos derecho a la búsqueda de la felicidad. ¿Cómo buscas algo que ya está enterrado dentro de ti? No es de extrañar que no puedas encontrarlo buscándolo afuera.
Siempre estaba buscando la felicidad en todos los lugares equivocados. Me sentí con derecho a ello y viví frustrada al no encontrarle. No fue hasta que entendí que no tenía absolutamente derecho a nada en mi vida, que realmente lo encontré. ¿Por qué? Porque me di cuenta de que todo lo que tengo es una bendición, no un derecho. Me sentí agradecida por todo lo que realmente tenía y ese fue mi mayor fuente de felicidad.
¡Todo lo que tienes es una bendición para ti! Cuando perdemos el derecho a las cosas, perdemos la necesidad de tenerlas. Perdemos la carga emocional que nos esclaviza a una búsqueda hiriente de felicidad que es solo fugaz.
Es el programa de derecho que nos impulsa a excedernos, a comprar en exceso cosas que realmente no necesitamos, a gastar más de lo que tenemos, a comer más de lo que deberíamos y a beber alcohol y consumir drogas que dan un temporal alivió y a sobre medicarnos para adormecer el dolor que sentimos al no alcanzar la versión social de la felicidad.
Creo que es nuestro programa de derechos lo que nos hace buscar refugio en otros brazos por razones equivocadas. Esperamos que otras personas nos hagan sentir los altos que provienen del amor y cuando creemos haberle encontrado, responsabilizamos a nuestras parejas de nuestra propia felicidad. Cuando no pueden satisfacer nuestra sed, esto nos lleva a rupturas dolorosas, traiciones y amargos divorcios. Todo lo cual nos hace sentir más vacíos y aún más decididos a seguir buscando esa misma felicidad en los mismos lugares donde creemos heberla perdido.
Anulación del programa matricial # 3:
El último programa que necesitamos anular es el que nos hace creer que la felicidad se experimenta en la ausencia de lucha, tristeza y sufrimiento. Eso es la cosa más absurda. La ausencia de la lucha y dolor no es un requisito previo para la felicidad.
La lucha y el sufrimiento son tan esenciales como la felicidad y son partes inexorables de la existencia humana. Para mí, ocupan el mismo lugar vital. Uno no puede experimentar uno sin el otro. Una existencia feliz y significativa depende de nuestra capacidad de sentir otras emociones además de la felicidad, incluso aquellas que suelen competir con la misma.
Sin embargo, la matriz social nos ha dado un condicionamiento de juicio que nos hace categorizar todo como bueno, malo, triste, feliz, etc.
Imagína si pudiéramos borrar ese programa de nuestros cerebros y no le darles un significado a las cosas como buenas o malas y aceptar que las cosas simplemente son. ¿Eso nos haría menos infelices? Yo creo que sí.
No digo que debamos alegrarnos cuando algo nos lastima o cuando sentimos tristeza o pérdida. Pero el, “Estoy triste o estresado, por lo tanto soy infeliz”, en mi opinión necesita cambiar. La felicidad no se apaga, no nos deja solo porque estamos llorando o sufriendo un momento de dolor o lucha, la felicidad todavía está ahí.
Tu felicidad es permanente, ya como podría ser el caso de las otras emociones. Quizás sea el significado que le atribuyes a las cosas que te suceden lo que te hace elegir qué emoción prevalece más en tu vida: ¡alimento para el pensamiento!
Debemos comenzar a escribir un nuevo programa sobre la verdadera felicidad que nuestros hijos y las generaciones futuras puedan aprender. Un nuevo programa que va más allá de nuestra satisfacción personal. Nuestro nuevo programa para la felicidad debería abarcar mucho más en su significado: nuestra conexión con las personas que nos rodean, nuestro respeto por la naturaleza, el bienestar de nuestra comunidad y la sostenibilidad de nuestro planeta.
Debemos detener la medida poco realista que tenemos sobre la felicidad. La felicidad no puede definirse solo por momentos de “altos.” El verdadero valor de la felicidad debe incluir la paz, la compasión y el amor, la responsabilidad por la vida, el respeto, la inclusión y la empatía por nuestros semejantes. Como señala el filósofo Friedrich Nietzsche: “Paradójicamente, la felicidad está más cerca cuando nos arrodillamos que cuando nos elevamos.”
Creo que hay un proposito más profundo para nuestrade existencia en este planeta que va más allá de los programas del ciclo de trabajo-comer-perseguir-adquirir-dormir que hemos llegado a aceptar y la única forma en que podemos descubrirlo es tener el coraje de levantar el velo.
Toma la pastilla roja!
Con gratitud,
Waleuska ~
Que cierto todo tu escrito, comparto con vos totalmente
Gracias por movernos las neuronas con tus escritos, que los disfruto y aprendo,
todo mi carino
Patricia