No es muy frecuente que conozcamos un alma pura que toque nuestro corazón y cambie nuestras vidas. Yo tuve la bendición de haber conocido a una.

Es mí creencia que antes de nacer, el universo nos da un plan de vida: un propósito específico o destino. Como consecuencia, guías espirituales o ángeles son enviados para guiarnos y evitar que nos perdamos.

Estos ángeles o guías harán todo lo posible para que nosotros cumplamos nuestra misión. Ellos se asegurarán que aprendamos la lista de lecciones que son asignadas  a nuestra vida.

Eso es lo que algunos llaman “contrato o acuerdo de almas”. Estos contratos son mantenidos hasta que terminamos la lección. Pero, a veces nos puede llevar una serie de vidas para aprender una lección específica.

La mayor parte del tiempo no somos conscientes de las razones por la cuales las personas entra en nuestras vidas. Algunas vienen a quedarse. Otras vienen por sólo un corto tiempo.  Estos guías o ángeles pueden manifestarse en la forma de un amigo, amante, vecino o maestro.

Sin embargo, todos vienen a nuestras vidas para darnos una bendición o para enseñarnos una lección. En mi caso, mi ángel encubierto llegó por ambos propósitos.

Yo conocí a mi ángel en 1991 cuando era estudiante de primer año en Ciencias Políticas en la Universidad de Toronto. En ese momento, por supuesto, no tenía idea del impacto y el papel que esta persona iba a desarrollar en mi vida. Ni tampoco conocía las razones por las cuales el universo me lo había enviado.

Nuestra amistad no fue inmediata. Mi ángel era demasiado tímido para acercarse, pero nos veíamos en cada clase. Nosotros éramos los únicos dos afanados “nerds” sentados siempre en la primera fila.

Nuestros destinos finalmente rozaron, y desarrollamos una bonita amistad. Por el momento, por supuesto, yo no era consciente del plan que Dios tenia, ni que esta amistad duraría toda una vida.

A los 19 años de edad, ambos teníamos diferentes aspiraciones. Mi ángel quería ser empresario y yo tenía mis ojos puestos en convertirme en un abogado criminalista. Nuestras trayectorias educativas nos llevaron a integrarnos en nuestra Maestría, él en negocios y yo en Justicia Penal.

Éramos una pareja insólita.  Yo crecí en un país extranjero. No hablaba inglés muy bien. Fui educada en un colegio católico, y no tenía un centavo a mi nombre.  Él era una persona de mundo, de cultura, inteligente, refinado y de una adinerada familia Judía. Yo era una forastera.

A pesar de nuestras diferencias, nuestra relación creció. Seis años después, me convertí en la esposa de este ángel.

Ahora, si me hubieran dicho que todo lo siguiente pasaría, habría rechazado cada palabra:

• Tomar parte en cambiar el mundo por medio de la educación
• Construir varios negocios juntos
• Tener dos hijas increíbles
• Derrumbarnos.
• Divorciarnos.
• Pasar por tiempos de enojo y tiempos de odio.
• Reconstruir nuestra relación
• Formar una familia no convencional con su asombrosa y nueva esposa.

En ese entonces, todo hubiese soñado imposible.  Pero supongo, que estas experiencias fueron lo que mi plan de vida tenía escrito en él.

Cuando miro hacia atrás en todos los momentos importantes de mi vida, veo el propósito de este ángel. Su misión era guiar y mantenerme en mi camino. Antes esto no era evidente, pero si lo es hoy.

El Faro de mi Destino:

En 1994 comencé mis estudios de Maestría. Todavía puedo recordar las tantas veces que lloré, sintiendo que no podía seguir más. Me encontré muchas veces al punto de rendirme, pero él nunca me dejó. Me llevaba a la universidad y me decía cada vez;

“Tú puedes con esto, yo creo en ti”

Estoy orgullosa de decir que me gradué con honores. Lo conseguí porque este ángel creía tanto en mí que no tenía otra opción que empezar a creer en mí misma.

Junto a él, me sentía invencible. Yo podía tocar el cielo

Si este ángel no hubiera estado allí para animarme a persistir en mi trayecto, nunca me hubiese graduado. Si él no hubiera estado allí, no hubiese aprendido las habilidades profesionales que poseo.

Tengo capacidad de investigación, pensamiento analítico y habilidades organizacionales. Aprendí manejo del tiempo, habilidades de presentación y resolución de conflictos.

Yo no lo sabía entonces, pero todos estos elementos iban un día a ayudarme a cofundar nuestra compañía, Embanet. Una empresa que tuvo un impacto en cambiar el mundo.

Nada de esto hubiese sido posible si este ángel me hubiese dejado fracasar. Mi camino de hoy hubiese sido diferente y no estaría aquí contándoles mi historia.

Trabajamos juntos para construir un sueño, un legado. Embanet está ayudando a las personas que trabajan a tiempo completo a mejorar sus vidas a través de la educación continua. Construimos el sueño desde cero. Mi ángel solía decir:

“La inspiración o la desesperación es la madre de todos los inventos”.

Embanet no fué la excepción.

Creamos Embanet inmediatamente después de graduarnos en 1995. Establecimos una visión compartida, queríamos influenciar las vidas de más de un millón de estudiantes en todo el mundo. Estoy orgullosa de decir que en el 2006 Embanet había logrado eso y mucho más.

El sueño que empezamos desde nuestro dormitorio en la computadora creció a más de 350 empleados que compartían nuestro sueño. Nuestro bebé logro mejorar las vidas de más de un millón de estudiantes. Nuestra visión e intención se materializaron. En el 2007 vendimos Embanet, y hoy es uno de los principales proveedores de educación a distancia en el mundo.

Una vez más, si mi ángel no hubiese estado allí, yo no habría llegado a mi destino y no hubiese alcanzado mi potencial. No hubiéramos podido crear un servicio que permitiera a las personas mejorar sus vidas. Una madre soltera que trabaja,  puede ahora volver a estudiar en linea y capacitarse y así proveer para su familia. Nosotros hicimos todo esto posible!

Mi ángel me bendijo con el maravilloso don de convertirme en madre. Nosotros trajimos a este mundo dos increíbles hijas, las creamos con profundo amor y esperanza.

Cuando pienso en el pasado recordando todas las bendiciones que él trajo a mi vida, mis hijas están en el primer lugar. No hubiese podido pedir mejores hijas, ni encontrar mejor padre.

Este ángel vino a bendecir mi vida. Me dio una familia que incluso después de nuestro divorcio, ha permanecido a mi lado aún más fuerte que antes. Él me ayudó a encontrar una vida de propósito y con nuestro trabajo he logrado libertad financiera.

También trajo a mi vida a su nueva esposa, que se ha convertido en un alma hermana para mí, quien a su vez trajo con ella a sus maravillosos padres que me quieren y aceptan como una hija más. No me puedo sentir más bendecida.

Cada vez que reflexiono acerca de mi vida, me siento agradecida por todas las cosas que no valoré.  En especial su lealtad. Había una sensación de paz al saber que siempre estaba allí sólido y firme en su amor.

Él me enseñó a creer en mí misma y en que todo era posible mientras estuviese dispuesta a pagar el precio.

Él me enseñó cómo confiar y cómo amar.

Él me enseñó la importancia de una familia y dar el ejemplo en todas las cosas que hago.

Él me enseñó a nunca desistir de mis sueños.

Él me enseñó a esforzarme, a dar todo de mí, inclusive más de lo esperado.

Él me enseñó a dar a los menos afortunados. Siempre dijo que sólo cuando ayudamos a los demás, podemos ayudarnos a nosotros mismos.

Él me enseñó a mirar el lado positivo de las cosas y encontrar el regalo en mi dolor

Él me enseñó a nunca ser arrogante o perezosa aun siendo exitosa.

Él me enseñó que nadie se hace así mismo. Nada pasa si no es la voluntad de Dios, él desempeña un papel en todos nuestros logros.

Él me enseñó a tratar a cada persona, cliente o amigo como si fuera único.

Aprendí a no sentirme desanimada, incluso cuando todo el mundo me dice “No”. Recuerdo que una noche él estaba todavía en el teléfono, llamando a clientes potenciales. Podía ver su lista de nombres con líneas cruzadas de todos los rechazos. Le pregunté,

“¿Ha sido un día largo y agotador. Has llamado casi 100 nombres, ¿no crees que es hora de irnos?

“Sólo unos cuantos más”, respondió.

Cuanto más “Nos” oigo, más cerca estoy de un “Sí.” Su lección de perseverancia me ha enseñado que cuando escucho un “NO” o las cosas no se dan como yo esperaba; no me debo desanimar, pues como mi ángel me enseñó, estoy cerca de encontrar mí “SÍ”.

Él me enseñó que para lograr cualquier cosa se necesita dedicación y disciplina.

Aprendí que cuando uno cree con todo su corazón, es muy difícil fallar.

Él me enseñó a tratar a nuestro personal con dignidad y a compartir nuestro éxito con ellos. Como resultado, trabajarán más fuerte porque tendremos un interés común que nos llevará juntos al éxito.

Las lecciones son infinitas. Mi ángel es un mentor, un modelo a seguir y de muchas maneras la persona que más admiro. Siempre tiene un oído disponible y una mano amiga. Siempre puedo contar con su consejo imparcial.

Sí, es muy cierto, las personas entran en nuestras vidas por una razón. Algunas vienen a quedarse, algunas sólo de pasada. Mi ex marido siempre fue un ángel enviado desde el cielo para guiarme y ayudarme a convertirme en un mejor ser humano. Soy de muchas maneras, la persona que soy a causa de él.

¿Y qué importa si terminó nuestro matrimonio?

Las cosas suceden por una razón. Tal vez nuestro matrimonio tenía que terminar porque eso era parte de nuestro contrato de almas. Era parte de nuestros planes de vida ya escrito mucho antes de que ambos naciéramos.

Tal vez nosotros teníamos que dejarnos para yo poder encontrar mi camino. Para poder embarcar en un nuevo viaje, conquistar nuevos horizontes y tal vez algún día hasta encontrar el amor nuevamente.

A pesar de todo, este ángel sigue presente en mi vida, así como una sombra está presente para recordarnos que nunca estamos solos.

Las almas a menudo se entrelazan. Pueden reunirse una y otra vez en diferentes formas para completar su contrato con cada uno de nosotros. Mi ángel ha dejado de ser mi esposo, pero sigue siendo mi ángel.

Dicen que algunas personas entran en nuestra vida y nos damos cuenta enseguida que fuimos destinados a conocerlas. Esa fue mi intuición cuando conocí a mi ángel.  Él sirvió su propósito enseñándome lecciones, y ha bendecido mi vida ayudándome a descubrir quién realmente soy.

Siento que nuestro contrato con el otro no ha terminado aún. Hay lecciones que mi ángel todavía necesita enseñarme.

Nuestros caminos se han dividido. Hemos ido en diferentes direcciones; ambos estamos escalando montañas diferentes.

Yo tengo que enfrentar diferentes experiencias e incluso vivir momentos dolorosos, pero mi destino sigue siendo el mismo

Acojo los giros y vueltas que mi viaje toma mientras hago mi camino a través de esta maravillosa cosa llamada vida. Me consuelo al saber que mi propósito aquí en mi forma humana actual sigue siendo la misma.

Ahora veo las razones por las que mi ángel entró en mi vida, por qué terminó nuestro matrimonio y el contrato de alma que él tiene conmigo.

Mi ángel se manifestó como mi marido pero yo más bien creo que el verdadero propósito fue ser mi maestro y mi guía para ayudar a mi alma a crecer y evolucionar.

Él me ha enseñado a través de valiosas lecciones como tomar las riendas de mi vida. Él me anima a expresar mis dones y propósito con el mundo y a disfrutar de la vida que nací para vivir!

Piensa en las personas involucradas en tu vida. ¿Quién te ha afectado profundamente? Todos ustedes tienen ángeles que guían sus pasos para que ustedes también puedan alcanzar su destino.

Mi deseo es que tú tengas la suerte que yo tuve, y puedas reconocer a tu ángel.

Que aprecies los regalos, estos ángeles traen a tu vida.

Más que todo, te deseo que tengas la gran fortuna de aprender de esas lecciones. Si lo logras, entonces serás una persona aún más bendecida.

Dedico este blog con gratitud a Jeffrey Feldberg. El hombre que una vez fue mi esposo, el padre de mis hijas, mi socio de negocios y mi ángel encubierto.

Feliz cumpleaños y feliz día del padre